Rafael Sanz Lobato. Sevilla 1932- Madrid 2015
La Colmena. Escuela de Madrid
Cuando se contempla
con un gran angular la trayectoria fotográfica de Lobato, podemos constatar que
ha integrado en su saber hacer, todos los aspectos que constituyen la obtención
de una imagen, desde su concepción. Es un genuino artesano autodidacta
dominador del sistema ensayo-error. Este sistema le llevó a crear su
propio método de obtención de copias en su laboratorio. Desde entonces se
consagra a la investigación sensisométrica para el control de blanco y
negro, que es la técnica que utiliza para la consecución de todos sus proyectos.
Todo un proceso químico que le lleva a conseguir una tecnología artesanal pero
de base científica, perfectamente documentada en una colección de gráficos que
muestran el dominio de las gamas para conseguir las densidades más apropiadas,
para el revelado de las copias. Su vida profesional, lejos del mundo de la
fotografía, le obliga a conocer la
lengua inglesa y este hecho le permite conocer a Shakespeare y a través de los
libros técnicos inherentes a su trabajo, le abren nuevos horizontes en su afán
investigador, para la creación de
verdaderas obras de arte en su laboratorio. En París desarrolla su vocación
fotográfica y se consagra como un creativo de blanco y negro.
Lobato es pionero
en asumir las nuevas funciones de organización para implantar Informática en
empresas; siguiendo la pauta de los Estados Unidos de América. Sufrió una
prueba de adaptación a la nueva arquitectura lógica organizativa, que le
permitió entrar en este nuevo mundo y descubrir que la lógica informática le
descubría la lógica de Aristóteles, padre de esta disciplina clásica.
Clausurada esta etapa en su vida profesional, según dice él, se deja prostituir
y se incorpora al mundo de la publicidad. Aunque en este periodo escribe al
dictado, no por eso deja de ser un creativo integral. Cerrado este paréntesis,
se polariza en la fotografía creativa en blanco y negro; llevando al papel todo
aquello que imagina y concibe su mente, bajo el tamiz de su vasta preparación
técnica. Considera con autoridad que “el paisaje es una disciplina menor”. Sin
embargo es un maestro en lograr paisajes con bajos tonos; consiguiendo una luz
cercana al crepúsculo. Se mueve magistralmente en el documentalismo. El hombre y su entorno, el retrato. Su
inquietud está preñada de deseos de capturar lo rural, lo antropológico. Evoca
a Baroja en sus grabados costumbristas. La obra de Lobato constituye una
lección magistral en el universo de la retratería. Ha sentado cátedra. Sin
abandonar su condición de artesano, su obra es la de un artista. Su pertenencia
a La Escuela de Madrid es indudable y su humanismo brilla con la luz propia.
Baja autoestima pero mucho amor propio y ansia de superación. Sus objetivos
siempre han sido un reto que él siempre ha hecho posible. Conociendo sus
fundamentos fotográficos, es fácil reclamar para la Fotografía española, una
cátedra donde se perpetuara el saber hacer de Rafael Sanz Lobato: El
documentalismo antropológico y la fotografía creativa. Su vasta cultura
fotográfica, no desmerece su exquisita sensibilidad por la música. Disfruta de
una discoteca amplísima que le acompaña en su estudio y en el taller
laboratorio. No podemos pasar por alto su personalidad provocadora y
trasgresora en muchos aspectos, no siempre aceptada por su entorno. Es un vivo
defensor de rescatar a los fotógrafos secuestrados por conductas
discriminatorias. No obstante, en honor a la verdad, no admite que a los
fotógrafos que pertenecen en España a su forma de entender la fotografía, se
les otorgue la denominación de NEORREALISMO HISPANO; siendo un gran colaborador
a la hora de proporcionar información, para que este ensayo pudiera ser una
realidad documentada.
Lobato está cargado
de trofeos y reconocimientos de todo tipo; estando en posesión de la Medalla de
Oro al Mérito a las Bellas Artes por su documentalismo antropológico. Infinidad
de exposiciones. Sus obras están en museos y fundaciones, como el Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid y Fundación Foto Colectania en
Barcelona. En los años 2009 y 2010, ha presentado sus fotografías en Barcelona,
Sevilla y Almería. Invitado de honor al Festival EMERGEN 09 de Lleida, donde recibió de manos de su
alcalde la Medalla de Honor de la Ciudad. Su estudio y su laboratorio siguen
siendo testigos de su labor incansable para obtener las mejores copias de su
ingente cantidad de negativos. Es preciso insistir que la Cátedra Lobato, mantendría viva la llama del saber fotográfico de
uno de los grandes de la fotografía; divulgando el conocimiento y las técnicas de
todos los procesos del viejo Taller de la Retratería; conservando e
investigando su legado fotográfico, (negativos y copias originales) y
estructurando el conocimiento que tiene de la Historia Universal de la
Fotografía. Esas tres grandes áreas integran el currículum pedagógico y
didáctico de las lecciones magistrales que dicta y los cursos y máster que
imparte.
La Fundación
Colectania mantiene y expone una parte muy sustancial de su obra
documentalista. En el año 2009 montó una exposición en su sede de Barcelona y
L’Eixample de la Ciudad Condal fue testigo de sus fotografías exhibidas en
postes y farolas.
Y en el año 2011,
Rafael Sanz Lobato, es galardonado con el Premio Nacional de Fotografía. El
fallo del jurado viene a corroborar el contenido de este ensayo: “Su obra
constituye un puente entre la nueva vanguardia neorrealista de la posguerra y
los métodos de observación fotográfica posteriores al 68”.
Su hijo mayor, Rafael, ha
explicado a Efe que su padre, «fumador empedernido», ha fallecido hoy, 22 de abril
de 2015 a las 11:30 horas, en su domicilio de Madrid como consecuencia del
cáncer de pulmón que se le había detectado hace unos meses.
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